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A través de la vivencia de Nancy, Weeds explora las escalas jerárquicas del tráfico de estupefacientes, del menudeo callejero al delito ordenado bajo tapaderas. La yerba, que en un inicio se mostraba como epicentro de una red social que sobrevivía por medio de ella, de a poco se va soterrando en el seno de un clan que ve fortalecidos sus lazos afectivos desde que su matriarca estableciera un modelo económico apoyado en la ilegalidad. Una especide de desprejuiciada y satírica familia Corleone californiana del siglo XIX.

El día que se despidió ‘Weeds‘ para toda la vida lo hizo frente a una audiencia que sólo permaneció por seguir siendo leal hasta el final. La serie de Showtime se encontraba muerta bastante antes de ese final, dando vueltas sin sentido desde la cuarta temporada. Desde que abandonaron Agrestic y a la mayoría de sus secundarios.

La séptima temporada tenía toda la pinta de ser la última; ofrecía un final tan cerrado como abierto, medianamente satisfactorio y, lo más considerable, prometía un descanso eterno para una serie acabada.

El intento de ‘Weeds’ por volver a sus orígenes ya se vio cuando recuperaron antiguas tramas e individuos como Heylia, pero se llevó hasta extremos radicales en la última temporada en un intento de reconciliación con los fans de la serie. Se vio desde el inicio, cuando desvelaron que el creador del intento de asesinato de Nancy no fue otro que el hijo de Peter Scottson, el agente de la DEA con el que Nancy se pasó fornicando la primera temporada, y que terminó muerto en las alcantarillas.

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El lote familiar, otra vez lo más interesante

Nancy y Andy

Una vez más, ‘Weeds’ se salva únicamente por su dinámica familiar, por ese juego que siempre mantuvo la serie entre Nancy como buena madre y Nancy como egoísta sin escrúpulos. Su relación con Silas volvió a ser uno de los puntos fuertes, regalándonos ocasiones y diálogos entre ellos para enmarcar. El resentimiento del rubito por el futuro sin elecciones al que le llevó su madre siempre estuvo patente, y volvió a marcar otra vez su relación con ella.

Y otro que también se percató de la espiral de autodestrucción donde estuvo metido a lo largo de los últimos años fue su cuñado, un Andy que jamás ha podido esconder sus sentimientos hacia la mujer de su hermano. Toda la tensión sexual que vimos a lo largo de estos años se resolvió en el penúltimo episodio, con esa escena de sexo en el jardín a la desesperada. Nancy para no quedarse sola, Andy para quitarse la espinita.

Weeds final

Un nuevo salto temporal nos transportaba a la época donde ‘Weeds’ se despedía para siempre; una sucesión de años más adelante donde tendremos unos teléfonos con transparencia súper molones y donde Nancy por fin pudo establecerse en el negocio, en esta ocasión de manera legal. Varios socios en su compañía, pero nadie de su familia alrededor. Silas ha podido reencontrarse con su obsoleto y mudo amor, Shane también huyó para hacer su propia espiral de autodestrucción, y a su lado sólo quedó el pequeño Stevie, más que decepcionado por las mentiras de su madre.

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¿Qué nos queda?

El recuerdo de las 3-4 primeras temporadas y, más que nada, el orgullo de haber llegado al final. ‘Weeds’ se ha diluido entre giros y más giros de guión, desprendiéndose de su identidad. Un cúmulo de despropósitos que despiden a ‘Weeds’ como una de las series que peor ha envejecido. Fue uno de los símbolos de Showtime. Y también de cómo no se debe llevar a cabo las cosas en televisión. A pesar de todo sigue siendo una de las series que te recomiendo para pasar muy buenos ratos, aunque al final, podría haber sido bastante mejor.