RETROFUTURISMO eterno o el futuro que nos prometieron y nunca llegó

¿Por qué el RETROFUTURISMO parece más moderno que el presente?

RETROFUTURISMO eterno el futuro que nos prometieron y nunca llegó

El RETROFUTURISMO es una promesa incumplida, un sueño flotando entre cohetes plateados y minifaldas geométricas. 🚀👗

Todo comenzó con una ilustración. O quizá fue una escena de película. No lo recuerdo bien, pero sí recuerdo lo que sentí. Había algo inquietante y profundamente hermoso en esas visiones del futuro nacidas en los años 60: coches que levitaban sobre autopistas invisibles, asistentes robóticos que parecían salidos de una pasarela de París, casas con botones que lo hacían todo, desde preparar el desayuno hasta bajar las luces para ver la televisión. Un futuro donde el tiempo era tan elegante como un sofá curvo de vinilo rojo. Un mañana envuelto en estética futurista y aroma a laca de pelo.

227285f2 7cb9 4248 a79f 626408bb

Y aquí estamos, en pleno siglo XXI, con móviles más potentes que las computadoras de la NASA… pero sin coches voladores. Sin ciudades en Marte. Sin la promesa cumplida. El retrofuturismo nos sigue seduciendo no por lo que fue, sino por lo que nunca llegó a ser. Y eso, sinceramente, lo hace aún más fascinante.

Origen: El Futuro Imaginado En 1960 Sigue Pareciendo Más Moderno Que El Presente – LO + VINTAGE NEWS

El futurismo que nació entre cohetes y cigarrillos

Hace tiempo, cuando la gente todavía fumaba en aviones y los televisores parecían cajas mágicas, el futuro era una cuestión de imaginación salvaje. Estábamos en plena carrera espacial, con la mirada clavada en las estrellas y los pies todavía sobre linóleo de cocina. El futurismo no era una corriente artística, era una religión. Y sus profetas estaban en Hollywood, en revistas como Popular Mechanics, o en los bocetos de diseñadores que no sabían si trabajaban para una casa de modas o para la NASA.

El RETROFUTURISMO nunca dejó de estar de moda

La moda también soñaba con el cosmos. Pierre Cardin y André Courrèges vistieron a las mujeres como si fueran a tomar un café en la Luna. Vestidos metálicos, cascos redondeados, botas blancas hasta la rodilla. Había una extraña inocencia en todo eso. Se pensaba que el futuro sería limpio, brillante, organizado. Que el diseño retro sería, curiosamente, el diseño del mañana.

Y en parte, no se equivocaban. Basta con mirar un iPhone o una aspiradora Dyson. Las curvas suaves, los colores pastel, la interfaz que no parece diseñada por ingenieros sino por ilustradores de cuentos de hadas. El diseño retro ha vuelto, pero no como parodia, sino como homenaje.

“El futuro se imaginó mejor de lo que fue vivido”

¿Por qué ese futuro pasado nos sigue pareciendo más avanzado?

Esa es la gran ironía. Lo que soñaron en los 60 parecía, y todavía parece, más moderno que muchas de nuestras realidades. ¿Por qué? Tal vez porque entonces no existía la tiranía de la practicidad. Los ilustradores no se preocupaban por la resistencia de materiales, ni por la obsolescencia programada, ni por los presupuestos estatales. Dibujaban lo que querían ver, no lo que podían hacer.

ESPECIAL: Viaje por las ciudades retrofuturistas más emblematicas

Ahí está la magia. Esas visiones estaban impulsadas por una tecnología vintage que no existía, pero que se creía inminente. Robots con ojos redondos y corazones de acero inoxidable, pantallas que emergían del suelo como oráculos digitales, trajes con botones que servían para todo menos para vestirse. Y aunque ahora tenemos inteligencia artificial, realidad aumentada y sensores hasta en la nevera, nada de eso tiene el encanto de un androide con voz metálica y buenos modales.

“No hay futuro sin una buena dosis de nostalgia”

Cómo integrar la tecnología en un hogar retrofuturista

La literatura y el cine donde el futuro se escribe en pasado

Uno de los refugios más fértiles del retrofuturismo es la literatura. Y no hablo solo del clásico 1984, donde el control totalitario se soñaba con pantallas en blanco y negro. Me refiero a toda esa camada de autores que imaginaron un mañana mecánico y emocionalmente complicado. Bradbury, Asimov, Clarke. Todos ellos crearon mundos donde el futuro era una extensión del alma humana, no solo un avance técnico.

En el cine, el retrofuturismo vive una segunda juventud. Desde la delicadeza nostálgica de Her, con sus interfaces suaves y moda de tweed, hasta la brutal belleza de Blade Runner, que aunque ya es parte del pasado, sigue siendo uno de los futuros más influyentes jamás filmados. Y no olvidemos Brazil de Terry Gilliam, esa pesadilla burocrática con estética de oficina de los años 40 y gadgets imposibles. El retrofuturismo no es una estética: es un estado mental.

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)

¿Qué pasó con las predicciones del futuro?

Algunas acertaron con precisión quirúrgica. Las videollamadas ya son tan rutinarias como un saludo. Los relojes inteligentes hacen más cosas que un médico de cabecera. Las aspiradoras se pasean por la casa como gatos electrónicos. Pero también hubo errores gloriosos. Nadie predijo los memes. Ni las redes sociales. Ni el hecho de que una tostadora con WiFi no sirve para nada.

En los años 60, la gente pensaba en ciudades flotantes. Ahora hablamos de “problemas de batería”. Algo se perdió en el camino. Puede que la poesía del futuro se haya rendido ante la prosa del presente. O quizá solo estamos en pausa, esperando que el verdadero retrofuturo finalmente despierte.

El retrofuturismo no es nostalgia barata es una crítica elegante

Cuando un artista pinta un coche volador con estética de 1965, no está solo rindiendo homenaje. Está diciendo: “Pudimos hacerlo mejor”. El retrofuturismo es una forma sutil de protesta. Es mirar al pasado con gafas de aumento y preguntarse por qué demonios no tenemos todavía ascensores orbitales ni colonias submarinas.

Pero también es un juego. Un placer visual. Una manera de vestir el presente con la ropa del futuro que soñaron otros. Hay algo profundamente romántico en eso. Como si cada lámpara de lava o consola de tubo catódico dijera: “Mira lo que queríamos ser”.

«El retrofuturismo no quiere que regresemos al pasado, quiere que recordemos cómo soñábamos»

Moda, arquitectura, diseño la invasión estética del futuro pasado

Mira una pasarela. Mira un edificio nuevo con curvas imposibles y techos flotantes. Mira un gadget con diseño de los 70. Ahí está. El retrofuturismo ha invadido sin que nos demos cuenta. Como una melodía pegajosa que tarareamos sin saber de dónde vino. Incluso marcas de lujo juegan con esa idea, lanzando productos que parecen salidos de un catálogo de 2001: Una odisea del espacio. ¿Es esto nostalgia? Sí, pero también una afirmación estética: lo retro puede ser más moderno que lo nuevo.

Y en esa tensión entre el pasado que soñó el futuro y el presente que lo ignora, se crea un terreno fértil. Una especie de limbo artístico donde todo es posible. Donde lo vintage no está muerto, sino en constante reencarnación. Donde la ciencia ficción clásica sigue dictando el diseño del presente, sin pedir permiso.

“El futuro ya no es lo que era”

¿Y ahora qué? ¿Qué soñaremos después?

Puede que estemos cansados de mirar hacia adelante sin saber qué esperar. O quizá lo que necesitamos es mirar atrás y recuperar el derecho a imaginar sin pedir disculpas. El retrofuturismo nos recuerda que hubo una época en que el futuro era brillante, colorido, absurdo y profundamente humano.

66c8807746fcf

No sé si alguna vez llegaremos a ese mañana que los años 60 imaginaron con tanto esmero. Pero sí sé que podemos seguir soñando con él. Y tal vez, en ese sueño, encontremos las respuestas que el presente aún no nos sabe dar.

¿Y tú? ¿Todavía sueñas con un futuro donde las tostadoras hablen, los coches vuelen y los trajes plateados vuelvan a estar de moda?

PUBLICIDAD

Si quieres un post patrocinado en mis webs, un publireportaje, un banner o cualquier otra presencia publicitaria, puedes escribirme con tu propuesta a direccion@zurired.es

Previous Story

La nueva estética de ciencia ficción: cuando el futuro huele a pasado

Next Story

¿Los hijos de Adán no olvidan ni perdonan o solo vigilan en silencio?

Latest from NOTICIAS