“El RETRO y lo FUTURISTA se enfrentan en las artes: ¿Qué estilo conquista el escenario creativo?”
El arte tiene la capacidad única de mezclar el pasado y el futuro, convirtiendo estilos como el retro, lo futurista y lo vintage en una amalgama que desafía las expectativas. Pero, ¿qué sucede cuando estas corrientes se encuentran en el mismo escenario? Más allá de etiquetas estéticas, el fenómeno ha generado toda una tendencia cultural y artística que atraviesa disciplinas como el cine, la moda, la música y el teatro, con creadores que, como Omari Newton, utilizan esta combinación para redefinir los límites de la creatividad.
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El actor, escritor y director canadiense es conocido principalmente por su trabajo en teatro y televisión, pero al observar más allá de su obra, es evidente que se encuentra en una posición ideal para experimentar con estas estéticas en sus creaciones. Aunque no hay datos específicos que lo vinculen directamente con estas corrientes, su labor como creador sugiere que podría estar influenciado por ellas. En definitiva, si hay alguien que podría unir lo retro con lo futurista en el arte contemporáneo, es un artista con la versatilidad y el alcance de Newton.
Origen: El secreto del éxito en el cine y la televisión: Omari Newton – NFW NEWS BY JOHNNYZURI
La nostalgia del futuro: ¿Qué es el retrofuturismo?
El término “retrofuturismo” evoca imágenes que parecen sacadas de un sueño compartido entre H.G. Wells y Stanley Kubrick. Es una paradoja visual: ¿cómo podemos mirar hacia adelante mientras miramos hacia atrás? Pero más allá de la estética, el retrofuturismo es un fenómeno artístico que juega con las expectativas. Desde la arquitectura hasta la moda, ha surgido como una manera de imaginar futuros posibles basados en los sueños del pasado.
Un ejemplo tangible de esta estética es el Festival Asylum Steampunk en Lincoln, Reino Unido, que transforma la ciudad medieval en un escaparate de relojes de bolsillo, gafas de soldador y máquinas a vapor que se entremezclan con robots y dispositivos futuristas. En este evento, el futuro y el pasado conviven en una coreografía de anacronismos que desafían nuestra percepción del tiempo.
La música retrofuturista: El sonido de un futuro vintage
En el ámbito musical, esta tendencia ha tomado forma con artistas como Janelle Monáe, cuya obra mezcla sonidos electrónicos con toques de soul y funk que evocan las visiones de un futuro que nunca llegó. Con su álbum The ArchAndroid, Monáe logra construir una narrativa que es tanto retro como futurista, creando un puente sonoro entre la ciencia ficción y la protesta social.
Pero no solo Monáe ha explorado esta línea. Artistas más experimentales como Barfeye han descompuesto y reconstruido las raíces del synthwave y el vaporwave, sumergiendo a los oyentes en paisajes sonoros que se sienten a la vez nostálgicos y vanguardistas. “La música retrofuturista es un oxímoron auditivo: suena a pasado, pero es imposible de ubicar en él”, señala Barfeye.
Teatro y cine: el futuro (y el pasado) como escenario
El teatro y el cine también han jugado un papel fundamental en la consolidación de esta estética. Cineastas como Hayao Miyazaki han utilizado el retrofuturismo para mezclar tecnología antigua con mundos de fantasía, como en El Castillo Ambulante o Nausicaä del Valle del Viento. Sus historias no solo visualizan futuros imposibles, sino que exploran las implicaciones éticas de la tecnología en el contexto de sociedades pasadas.
En teatro, se exploran otras capas de significado. Aunque Omari Newton aún no se ha declarado abiertamente seguidor de este movimiento, su capacidad para moverse entre géneros sugiere que podría ser un candidato ideal para integrar estos conceptos en su obra. “El teatro es, por definición, un juego con el tiempo y el espacio,” comenta el crítico teatral Julian Hector, “y el retrofuturismo, con su enfoque en la nostalgia y la anticipación, ofrece a los dramaturgos un arsenal de recursos visuales y narrativos.”
Arte y moda: ¿Volver al pasado para diseñar el futuro?
La moda ha sido siempre un espejo de la sociedad y de sus aspiraciones. En las últimas décadas, el estilo vintage ha resurgido no solo como una referencia a épocas pasadas, sino como un símbolo de resistencia al consumismo rápido y desechable. Diseñadores como Vivienne Westwood han sabido captar la esencia del retrofuturismo al mezclar cortes victorianos con telas sintéticas y accesorios que parecen salidos de una novela de ciencia ficción.
La diseñadora gallega Lara Lars, por su parte, explora esta mezcla en sus collages visuales, que combinan la nostalgia de la era espacial con una crítica mordaz a las expectativas de género y las promesas incumplidas del progreso. “El futuro siempre fue una promesa, pero en la práctica rara vez se cumple tal como lo imaginamos”, afirma en una entrevista reciente.
¿Puede el retrofuturismo sobrevivir en un mundo postmoderno?
A medida que avanzamos más y más hacia un mundo de inteligencia artificial y realidad virtual, cabe preguntarse si el retrofuturismo seguirá teniendo un lugar en la cultura contemporánea. ¿Qué significa imaginar un futuro con estética vintage en un mundo donde los sueños del pasado han sido eclipsados por la urgencia del presente? Quizá la clave radica en recordar que la nostalgia no es solo un anhelo por el pasado, sino una forma de reinterpretar el futuro.
Y en este punto es donde Omari Newton y otros creadores pueden encontrar un terreno fértil para la innovación. Al combinar la nostalgia del pasado con la visión de un futuro inexplorado, estos artistas pueden darle vida a nuevas formas de entender el tiempo y la memoria, desafiando la linealidad y proponiendo alternativas que se resisten a las categorías convencionales.
“La creatividad es el único arte capaz de viajar en el tiempo,” decía el pintor Salvador Dalí, “y el retrofuturismo es su vehículo más elegante.” Pero, ¿hasta dónde puede llevarnos ese viaje? ¿Es posible que lo mejor del futuro aún esté por llegar, disfrazado con las ropas del pasado?
Omari Newton podría, como tantos otros creadores, decidir aceptar el desafío.