Su espacio de exposición se divide en tres secciones. Cada uno sugiere una estación de trabajo o terminal donde alguna actividad humana desconocida ha sido interrumpida. En sus instalaciones, Marten pide que nos convirtamos en arqueólogos de nuestra época, considerando objetos muy familiares como si los estuviésemos observando por primera vez.
En este proceso, los objetos pueden llegar a ser extraños y abstractos, y se pueden remodelar para dar lugar a nuevas e inesperadas historias o ideas. Por eso anima a mirar muy de cerca sus piezas y los materiales que utiliza, y a reconsiderar las imágenes y los objetos con los que nos rodeamos en el mundo moderno.