DAVINCI LEONARDO – PRECURSOR DE LA ALTA COCINA

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¿Fue Da vinci Leonardo un precursor de la alta cocina? – Leonardo info – Las cosas que se dicen sobre Leonardo Da Vinci en la Red…

Es cierto que Leonardo era un apasionado de la cocina y que procuró crear múltiples inventos, si bien la mayor parte acabaran en un desastre. Pero ¿Qué hay de verdad en la historia de Leonardo Da Vinci y en su relación con la cocina? La historia de Leonardo empieza cuando comienza a trabajar por las noches en una tasca para cubrir gastos, y poco más tarde se encargaría de la cocina. Leonardo procura revolucionar la cocina tradicional del Renacimiento y también inventa lo que hoy llamamos la Nouvelle Cuisine. Ingenia platos realmente bien presentados, con pequeñas porciones de comida sobre trocitos tallados de polenta, cosa a la que no estaban habituados por aquél entonces. Con estas ideas tan excéntricas, y teniendo en cuenta como eran aquellos tiempos, no era de extrañar que le echaran del trabajo. Después nadie deseaba contratarlo. Como esta son las diversas Facetas de Da Vinci que nos han llegado hasta nuestros días en forma de escritos antiguos.

Pero continuemos… Resulta que poco después, abrió un restaurante con su amigo Boticelli, aunque nadie deseaba abonar un céntimo por su cocina pues la gente estaba habituada a comer en abundancia… Cerró al poco tiempo. En una segunda oportunidad, le encargaron hacer un menú de boda, y pudiendo lucirse frente a la corte intentó seguir con su línea de Nouvelle Cousine. Por esta razón, crea un asador automático y un circuito para tener agua caliente constante, creando así una suerte de caldera de lignito. Asimismo crea un sistema de cepillos giratorios con la intención de sostener en todo momento la cocina limpia, y también unos fuelles para eludir los malos olores, o sea, una campana.

Si bien la gente lo conocemos por su pintura y sus aportes a la arquitectura, fue un enorme apasionado por la cocina, pero también de las artes escénicas. Leonardo Da Vinci es uno de los más importantes representantes del Renacimiento, puesto que pudo aplicar su conocimiento de forma simultánea tanto al arte como a la ciencia. Por sus grandes aportes y su capacidad para crear, aún se le recuerda, y es por esto con lo que se festejan en dos mil diecinueve los quinientos años de su muerte.

Gracias a él, tenemos en áreas como la escenografía y la cocina, inventos y avances que enriquecen nuestras vidas y nos facilitan el trabajo.

Da Vinci y su relación con la cocina y el arte

Leonardo desarrolla múltiples instrumentos que harían eficaz la cocina, y creía que, al comer, que era un acto de cultura, había que sentarse viéndolo como un acto estético. Ahondó en la escenografía y comenzó a desarrollar sus ideas, en lo que se refiere a invención de arquitectura e indumentaria. Y cuando llegó a Francia fué convidado por el rey Francisco I, quien le dispuso comodidades y atenciones. Bajo su reinado diseña el primer androide, un león mecánico que fue creado de tal modo que, cuando los reyes pasasen por su parte, este anduviera, abriese su costillal y dejase caer flores de lis, reconocidas por ser de la realeza francesa.

DAVINCI LEONARDO - PRECURSOR DE LA ALTA COCINA
markus53 / Pixabay

Son tantas las facetas de él que es complicado abordarlas todas y cada una. Solo sobresale su trabajo como diseñador, arquitecto técnico y promotor de la navegación aérea. Ahora bien, si examinamos su caso de cerca, fue la pasión la que lo llevó a crear en todas y cada una estas áreas del conocimiento.

Otro aspecto que favoreció el desarrollo de sus capacidades fue la mirada consciente y selectiva. Le probó a la humanidad que el pensamiento ha de ser interdisciplinar y siempre y en toda circunstancia, curioso.

La última cena es una de las obras de arte de referencia en el Renacimiento y su autor, Leonardo da Vinci, es una de las figuras clave para comprender la evolución de la psique aplicada a las humanidades. Los documentos certificados se diluyen con los manuscritos por el mito y, en un ejercicio de gastronomía fusión brota el Codex Romanoff.

El recorrido que tuvo la publicación fue tal que aún discutimos sobre qué parte corresponde. Hace un tiempo leí un libro que recoge su anhelo por el incesante desarrollo de nuevos aparatos, que traslada sarcásticamente a la cocina, asignando a Leonardo la invención del sacacorchos, las servilletas en sustitución de las ropas de los sirvientes y las pieles de conejos, la ambientación musical en la cocina, incluso un cascanueces tirado por caballos.

Volviendo a sus primeras andanzas con la cocina, ya hemos dicho que a sus detractores les parecía que aquello no era comida de verdad. Desde la realidad de La última cena hasta la gastronomía avanzada de sus Notas de cocina parecería que hay un puente afín que une lo terrenal y lo onírico. Mientras que no aparezcan más códices ocultos, Da Vinci proseguirá considerado como un genio absoluto. Y será Auguste Escoffier quién seguirá siendo considerado como padre oficial de la cocina contemporánea.

No obstante, el creador de la Gioconda, el genio más emocionante del Renacimiento, fue un enamorado de la gastronomía, y so está fuera de toda duda. Él la veía como un arte que procuró revolucionar con sus inventos. De joven, Leonardo Da Vinci, (dejó la mayoría de su herencia a una chef) fracasó como jefe de cocina en la tasca florentina «Los 3 caracoles», y repitió resultado en un segundo negocio, «Las 3 ranas». Falló siendo jefe de banquetes de Ludovico el señor de Milán. Trasladó su refinado gusto a diferentes creaciones culinarias, tan vanguardistas como incomprendidas, y a lo largo de años, Leonardo Da Vinci dedicó muchos de sus sacrificios a diseñar máquinas que modernizaran las cocinas del Renacimiento y que, habitualmente, pueden ser consideradas precursoras de los elementos que usamos hoy día en ellas.

La mayoría de sus inventos los efectuó desde mil cuatrocientos ochenta y dos, estando al servicio de Ludovico Sforza «El Moro», gobernante de Milán. Su ingenio fue alén de inventar las servilletas y una máquina para secarlas, e inventó un nuevo proyecto de cocina para el Palacio Sforza, en el centro de Milán.

También inventó un cepillo giratorio, tirado por bueyes, que incorporaba una zapa para recoger los restos que arrastraba el cepillo. El genio pensó en un dispositivo para quitar de la cocina los malos olores. Una picadora de vacas, una rebanadora de pan, un pequeño artefacto para machacar y desmenuzar ajos y perejil, una zapa mezcladora de ingredientes, un molinillo para la pimienta y hasta un sistema de lluvia artificial para apagar los posibles fuegos de las cocinas. Podríamos considerarlo como un impulsor del entrenamiento actual, puesto que apostó por tener música en la cocina, y por el hecho de que de esta forma se trabajaba más feliz y mejor.

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