La gran apuesta se mueve con soltura entre el drama, el thriller y la comedia ácida, que casa muy bien con las aristas de la realidad que describe.
La película de McKay, basada en el libro homónimo de Michael Lewis (periodista financiero, autor de The Blind Side y Moneyball), comparte argumento y temas con el documental de Charles Ferguson, Inside job (2010), acerca de las posibles causas de la crisis; con Margin Call (2011), de J.C. Chandor, sobre los actores de la quiebra poco antes de que ésta estallara; incluso con el exceso de El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, pero añade un enfoque nuevo: el de los cuatro tipos outsiders que, cada uno en su contexto, fueron capaces de ver lo que otros no vieron o no quisieron ver y vaticinar el colapso.
Con sólido y trepidante guion de Charles Randolph y el propio Adam McKay, La gran apuesta se mueve con soltura entre el drama, el thriller y la comedia ácida, que casa muy bien con las aristas de la caleidoscópica realidad que describe. Colabora un estilo irreverente y audaz que se despliega en el montaje de Hank Corwin (El árbol de la vida, El nuevo mundo), con la irrupción de imágenes televisivas sobre celebrities, interpelaciones directas al espectador, etc., todo envuelto en una música intradiegética donde predomina el heavy metal de Michael Burry, el personaje real de Christian Bale, y unos palillos, que retrotraen a Whiplash (de la que el compositor Nicholas Britell es productor, por cierto).
Origen: La gran apuesta – Fila Siete