Los nombres propios es una novela que nos lleva a metros en la piel de una niña de siete años con una amiga imaginaria llamada Belaundia Fu. A través de sus palabras, la amiga imaginaria aconseja a Marta sobre lo que está bien o lo que está mal, sobre lo que es bueno para ella o lo que debe o no debe hacer. Pero, ¿qué ocurre cuando Marta tiene 22 años y su amiga invisible sigue existiendo en su imaginación? Una novela que es un baño de nostalgia porque en realidad es atemporal. Una obra imprescindible para disfrutar de la literatura y de los libros que te hacen pensar y reflexionar.
En esta luminosa y conmovedora novela, Belaundia Fu, que es la mejor amiga de Marta a los siete años, se convierte en la voz ideal e infalible que la guía durante la adolescencia, diciéndole la verdad a la cara: por ejemplo, que ese chico , Charlie, no es bueno para ella. Pero cuando Marta ya ha cumplido los veintidós años y empieza a tomar decisiones que marcarán el resto de su vida, ¿qué hace Belaundia Fu todavía allí? En esta indagación sobre la identidad y las relaciones con los demás y el mundo que nos rodea, nos preguntamos: ¿quién es Belaundia Fu?
La mejor amiga de Marta a los siete años, la amiga invisible que se queda con ella cuando las cosas no van bien y ni siquiera su abuela es capaz de consolarla: Belaundia Fu es la voz sensata, ideal e infalible que le dice a Marta la verdad a la cara cuando empieza a tomar decisiones que marcarán el resto de su vida. Sólo cuando Marta cumple los veintidós años y se gradúa, empezamos a darnos cuenta de la importancia de Belaundia Fu en nuestras vidas.
Fu examina la naturaleza humana, en particular cómo se relacionan las personas entre sí y con el mundo que las rodea.
La primera amiga de Marta, Belaundia Fu, es un personaje que nunca se separa de ella. Sirve de confidente de Marta, ofreciéndole consejo y orientación cuando lo necesite. Sin embargo, a medida que Marta se hace adulta y establece su propia identidad, debe aprender a ser independiente de Belaundia Fu. Finalmente, el lector debe preguntarse: ¿quién es Belaundia Fu? ¿Y quién es Marta?
En Los nombres propios, la primera novela de Marta Jiménez Serrano, predomina una voz narrativa madura que reflexiona sobre cómo llegamos a ser quienes somos y sobre el hecho mismo de crecer. También reflexiona sobre cómo lo hacemos: aprendiendo a nombrar lo que nos importa.
En Los nombres propios, la primera novela de Marta Jiménez Serrano, el lector se ve inmediatamente envuelto en un mundo de luminosa intensidad y emoción. La voz del narrador es de una madurez excepcional, y la historia que cuenta reflexiona sobre cómo llegamos a ser quienes somos y cómo lo hacemos.
Los nombres propios es una indagación sobre el modo en que establecemos nuestra identidad en el mundo. La novela reflexiona sobre cómo crecemos, aprendemos a nombrar lo que nos importa y descubrimos quiénes somos.
Cuando Marta tiene dieciséis años y aunque prefiere no escucharlos, Belaundia Fu le dice la verdad a la cara: por ejemplo, que ese chico, Charlie, no es el adecuado para ella. Pero cuando Marta ya ha cumplido veintidós años, cuando ya se ha graduado, cuando empieza a tomar las decisiones que marcarán el resto de su vida, ¿qué hace Belaundia Fu todavía allí? Sigue allí porque siempre le ha contado a Marta su propia historia.
Belaundia Fu es la voz sensata, ideal e infalible de Marta. Aunque Marta prefiere no escucharle cuando tiene dieciséis años, le dice la verdad a la cara: por ejemplo, que ese chico, Charlie, no es el adecuado para ella. Pero cuando Marta ya ha cumplido veintidós años, cuando ya se ha graduado en la universidad y empieza a tomar las decisiones que marcarán el resto de su vida, ¿qué hace Belaundia Fu todavía allí?
Belaundia Fu es la única persona que dice lo que hay que decir a Marta, aunque ésta no quiera oírlo.